Modelos Digitales y la Revolución de la Moda

La escena es impecable: una modelo camina con elegancia por una playa dorada al atardecer. Su piel luce perfecta, su silueta parece esculpida por algoritmos. Pero hay algo que no se ve a simple vista: esa modelo no existe. Es un producto de inteligencia artificial, una creación digital que no necesita descanso, ni maquillaje, ni traslados. Solo un buen render.

En los últimos meses, la industria de la moda comenzó a explorar una nueva frontera visual: el uso de modelos completamente digitales para campañas y contenidos publicitarios. Esta tendencia, impulsada por avances en IA y generación de imágenes hiperrealistas, promete transformar la forma en que se produce y consume moda. Pero no sin controversia.

¿El fin del backstage?

La idea es simple y poderosa: crear réplicas digitales de modelos reales o directamente diseñar desde cero figuras ideales que puedan protagonizar campañas sin las limitaciones del cuerpo humano. No hay cansancio, no hay contratos que negociar, ni horarios que coordinar. Solo píxeles al servicio de la marca.

Para lograrlo, se combinan escaneos tridimensionales, fotos en alta resolución desde múltiples ángulos y algoritmos entrenados para replicar movimientos, expresiones y gestos de manera casi perfecta. El resultado es tan convincente que, muchas veces, cuesta distinguir si se trata de una persona o una simulación.

¿A quién reemplaza la perfección?

Esta nueva forma de producir imágenes plantea preguntas incómodas. ¿Qué pasará con los fotógrafos, maquilladores, estilistas, iluminadores y todos los profesionales que hacen posible una sesión real? ¿Cuánto contenido dejará de hacerse con personas para pasar a ser generado en pantallas?

Más allá del impacto laboral, también hay un debate cultural. Algunos expertos advierten que los modelos digitales podrían reforzar estándares de belleza inalcanzables, especialmente entre adolescentes y jóvenes expuestos constantemente a imágenes de cuerpos perfectos… que ni siquiera existen.

Humanos versus algoritmos: ¿competencia o colaboración?

Aunque algunos defienden el uso de estos modelos como una herramienta creativa y eficiente, otros temen que la moda pierda su costado más humano: la imperfección, la expresión única, lo espontáneo. En medio de esta transición, surgen propuestas intermedias, como los “gemelos digitales”, donde los modelos reales siguen participando del proceso y tienen control sobre sus versiones virtuales.

Lo que está claro es que la tecnología está cambiando las reglas del juego. Las pasarelas ya no solo se recorren con tacos altos: también se caminan con datos, software y simulaciones. Y la pregunta que flota en el aire es si el futuro de la moda será más auténtico o más artificial.

 

Modelo virtual

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